martes, 6 de octubre de 2015

DIJO WAGNER


“Cómo un sabio pensó antes que nosotros, y cómo luego nosotros llevamos sus pensamientos tan maravillosamente lejos” decía Wagner, personaje de ‘Fausto’.
Y es cierto. Me fascina cómo alguien, siglos atrás, en un remoto punto de nuestra historia, donde la sociedad en la que vivían el pensamiento y el entorno eran tan primitivos – o la menos estaban dejando de serlo – pudiera tener una pluralidad de pensamientos tan variados, profundos y, por encima de todo, tan sumamente innovadores en la época.

Es obvio que una amplia mayoría de los “sabios” que menciona Wagner eran, en su mayoría, los filósofos de aquel período de la historia; pero lo que a mí me interesa de estas diversas reflexiones es el matiz de “llevar los pensamientos tan maravillosamente lejos”.
Personalmente, me considero un verdadero fan de la interpretación de los textos, de las distintas lecturas que se pueden tener de un mismo fragmento según cómo se enfoque.
El hecho de que con las mismas palabras alguien pueda sacar una conclusión completamente distinta a la tuya, incluso opuesta, os lo que me atrae, lo que ha conseguido que me enganche a la interpretación de los textos.

Unido a ello está la piedra angular donde pivota toda la interpretación; los argumentos que la defienden.
Argumentar, contraargumentar, replicar, rebatir… Un mundo verdaderamente apasionante que, si te atrapa, te retendrá para siempre. Bello secuestro, ¿verdad?
La documentación que previamente se ha obtenido, lo que se aprende con esa búsqueda, lo que uno puede llegar a cultivarse gracias a la opinión del otro, son factores que enriquecen gratuitamente a los sujetos de un debate.

Volviendo a lo “maravillosamente lejos” que se pueden llevar los pensamientos de aquellos sabios a los que nos remontamos siglos atrás, hay que señalar los cuantiosas desgloses que esas antiguas reflexiones han tenido, siendo así creadoras de otros tipos de corrientes filosóficas, inspiraciones para otro tipo de actividades, ya sean inventos, ideologías o, sencillamente, para cambiar la visión de la vida de una persona.

Interpretar, argumentar y oír las opiniones de los demás me fascina. A todos debería pasarnos lo mismo. 

Dicho esto… ¿debatimos? 

lunes, 31 de agosto de 2015

HORUS ES CRISTO

No cabe duda de que Jesucristo es el personaje más conocido de la historia, en conjunto con su vida, la cual forma parte del libro más vendido de la historia.

Es el principal protagonista de la religión más seguida del mundo con más de 2.100 millones de feligreses, los cuales se extienden por los cinco continentes, mayoritariamente en Europa y América.

Si yo te hablo de un Dios, de un ente divino, de una deidad, que ha sido concebido por una madre virgen, que fue bautizado, que tenía discípulos, que realizaba milagros y que, tras morir, resucitó, ¿en quién piensas?
¿Qué pasaría si te digo que la historia de Horus, Dios egipcio por excelencia, coincide exactamente con esto? ¿Y si descubrieras que esta historia, similar a la de Jesucristo, fue escrita alrededor del 3.000 a.C. cambiaría tu percepción sobre la Biblia y la Iglesia en general?


Si crees, como yo, que la Iglesia no es más que una forma de control de la población y una manera de que unos cuantos se hagan inmensamente ricos, seguramente nada de lo que estés leyendo te sorprenda. Seguramente la teoría de que todos los Dioses son el mismo y están inspirados en el un mismo ejemplo que únicamente varía levemente respecto a la cultura a la que pertenezca ese Dios te será familiar.

No son pocos los hallazgos arqueológicos que se han hecho, donde innumerables dibujos y figuras coinciden con el Cristianismo. Obras de arte muchísimo más antiguas que la época donde aparentemente vivió Cristo, claro está.



Pasemos, pues, a explicar, paso a paso, cada coincidencia de Horus con Cristo:

Que la madre de Horus, Isis, fuera virgen, es la interrogativa más grande respecto a su comparación con Jesucristo.
Muchos expertos lo niegan, pero investigadores como Bob Becking de la Universidad de Utrech o Karel van der Toorn de la Universidad de Amsterdam, entre otros defienden que sí que lo es. De todos modos, si los padres de Jesús estaban casados, ¿eran vírgenes realmente? Según la Biblia sí, pero si existieron, nunca sabremos cuál es la verdad.

A parte de que Horus fue también bautizado (ritual, por cierto, típico entre los altos rangos egipcios, ritual que el cristianismo podría haber copiado) y que contaba con discípulos, al igual que Jesucristo, también fue tentado en el desierto. En esta ocasión, Seth fue quién intentó tentar a Horus y no Satanás.

Respecto a los milagros, tanto Cristo, como el hijo de Isis curaban enfermedades y realizaban milagros. Es más, el monumento egpcio llamado "Matternich Stella", fue usada como un monumento donde se creía que allí residía el espíritu de Horus y continuaría curando enfermedades.
Esta "Matternich Stella" nos explica cómo también Horus RESUCITÓ. ¿Os suena de algo? Vaya, creo que todos conocemos a otro al que supuestamente le pasó lo mismo.


Creo que queda bastante claro que el cristianismo no es la única ni al verdadera religión. Es otra religión más inspirada en los cultos del pasado y me atrevería a decir que es, sin duda, una de las peores, dado a los aberrantes actos que se han llevado a cabo "en el nombre de Dios". 

La evidencia de que la historia de Jesucristo y la de Horus son demasiado parecidas, debería hacer pensar a más de uno.



miércoles, 22 de julio de 2015

MUERTE, NÚMEROS Y PERSONAS

No soy especialmente fan de los discursos motivadores. Esos sermones gozan de una irrealidad manifiesta que lo único que consiguen ante los lectores que se tragan esa palabrería es que consigan un pequeño ápice de esperanza... Hasta que vuelven al mundo real.

Tampoco me suelo sentir atraído, generalmente, por el punto de vista pesimista, aunque hoy en día, visto lo visto, esta mentalidad es con la que más identificados nos sentimos, por norma general.

Pongamos los pies en la tierra y seamos claros. ¿Quiénes somos? ¿Somos alguien? ¿Qué vara de medir estamos usando para responder a estas preguntas?
Más se siete mil millones de personas en el mundo y un mundo de personas que quieren ser conocidas por más de siete mil millones.

Siendo sinceros, tanto tú como yo somos un número más. Un dato, una estadística, una cifra. Nada más. No tiene sentido que nuestros objetivos y felicidad dependan única y exclusivamente de lo conocido que quieres ser, o de si algún día dejarás de ser una simple cifra, porque no va a ser así.

¿No será considerablemente más factible y satisfactorio intentar ser feliz entre los tuyos y, si en todo caso dejas huella, que sea en su recuerdo?
Si, tras eso, tus actos consiguen, por lo que fuera, una mayor repercusión, enhorabuena, pero has partido la premisa de intentar ser, dentro de las posibilidades de cada uno, lo más feliz posible entre los tuyos.

Al fin y al cabo, y estoy cien por cien seguro de ello, nos convertiremos en ese dato del periódico que versa cosas tales como "Este año, X personas han fallecido a causa de X enfermedad" o "en desastres naturales" o "en las carreteras", me da lo mismo.

Siendo así como realmente acabaremos, como un número más frente al mundo, no intentes ser reconocido ante sus habitantes a toda costa. Haz que tus acciones, partiendo de la premisa antes mencionada, sean las que te lleven a ello, sin intención previa de reconocimiento externo. 


viernes, 13 de marzo de 2015

EL NUEVO BIPARTIDISMO


Todos coincidimos en que 2015, el año en curso, va a ser un año de una transcendencia electoral intachable. No sólo porque podremos pasar por las urnas para votar en las elecciones municipales, autonómicas y generales, sino que, siguiendo el criterio de las encuestas y junto a la irrupción de los nuevos partidos políticos, el panorama político español va a cambiar.

El panorama político cambiará, sí, ¿pero en qué sentido? ¿Cambiará radicalmente o sólo se les dará un lavado de cara a los partidos que nos gobiernan? ¿Presenciaremos a finales de año, tras las elecciones generales y un cambio político tan real y tan profundo como dicen? Yo creo que no.

Pasemos a analizar, pues, el Barómetro del CIS de 15 de enero de 2015. En vez de ceñirme a los resultado respecto a la intención de voto, que pasaré a comentar más adelante, nos fijaremos en varias de las cuestiones que se les plantean a los preguntados.

Respecto a la situación política española, casi el 80% de los entrevistados la califica entre "mala" y "muy mala", resultado que no le sorprende a nadie, es algo que salta a la vista. Lo que me resulta curioso es lo siguiente; cuando se pregunta sobre si creen que la situación política mejorará el año que viene, es decir, después de las elecciones generales, el 20% cree que mejorará, el 43% cree que será igual y otro 20% prevé una situación política peor. Visto esto, la media se establece en que los preguntados piensan que en 2016 seremos testigos de una situación política igual (de mala).

Pasando a un barómetro más actualizado, echaremos un vistazo al barómetro de Metroscopia, publicado en marzo, estudio bastante más actualizado que el del CIS de enero, ya que los resultados han variado y, ciñéndonos a este segundo, las conclusiones serían distintas que si lo hiciéramos con el primero.

Aquí nos encontramos la sorpresa. Hay un partido que hace dos meses empezó a asomar la cabeza y ya está de pie junto a los otros tres partidos líderes que dominaban las encuestas anteriormente. En efecto, hablo de Ciudadanos.

Según Metroscopia, Podemos obtendría un 22'5% de los votos, colocándose en primer lugar, seguido por el PSOE con un 20'2%. En tercer lugar estaría el Partido Popular con un 18'6% y, pisándole los talones, Ciudadanos, con el 18'4%.

Con la irrupción de Ciudadanos en la primera línea del panorama político, podríamos predecir que en encuestas futuras obtendrá un porcentaje mayor, superando así al Partido Popular y al Partido Socialista. 

Y os preguntaréis, ¿qué pasa con todo esto? Pues es sencillo. Los partidos tradicionales están sufriendo una decadencia más que latente, mientras que los nuevos partidos emergentes están ocupando (ya han ocupado) su lugar.

Esta decadencia no se quedará ahí, perdiendo esa apabullante mayoría electoral que poseían; no. Seguirán perdiendo votos. Esos votos que dejarán de percibir se repartirán, de manera sistemática, entre Podemos y Ciudadanos, conformando así un NEOBIPARTIDISMO, mediante el cual volveremos al mismo punto en el que estábamos antes.

Son dos partidos con caras nuevas y discursos más agradables y esperanzadores para la gente, sí, pero aún así, y con el paso de los meses se irá viendo mejor, la diferencia de estos dos será notoria con respecto a los demás partidos, estableciéndose así un NEOBIPARTIDISMO, vuelvo a repetir. 

Tras las elecciones generales de fin de año, veremos un atisbo de este fenómeno, no tan pronunciado como el que veremos en las próximas, en las de 2019, si todo sigue igual.

Dicho lo cual, estamos en camino de un cambio, sí, pero de un cambio de caras para seguir teniendo lo mismo que ahora. 

Por lo visto, el bipartidismo es un cáncer que tiene España, y es imposible de curar.